Las horas, los minutos, los segundos, nada importa, al final todo se suma para ser pasado, intransigente y necio. Mitigamos todo con buenos ratos, con recordarnos de cuan bien o mal fueron los efemérides de las vidas de los seres humanos, incluso la nuestra. Y nos detenemos por momentos a enmarcar tan preciadas cosas aveces tan ínfimas pero tan grandes para nuestra naturaleza todo esto porque nos dan identidad y por lo mismo nos dan una explicación de porque somos como somos.
Yo como siempre digo, he vivido y he tratado de ser feliz, o por lo menos espero de que el tiempo me de eso. No medito mucho en ciertas cosas que no me dejan paz, y prefiero estar alineado con lo que me hace sentir bien y con quienes me hacen sentir bien.
Por el momento paso en un lapso de felicidad por darme cuenta de que enfrente de mi está la felicidad, aunque en distancia real no es así, pero de todos modos que pierdo con intentar, porque bien dicho el asunto, hay veces que hay que sufrir para abrir lo ojos, la vida es un juego el cual todos jugamos, como piezas innumerables de ajedrez, donde siempre nos sacrificamos por proteger a la pieza indispensable, todo para salir victoriosos.
Y el tiempo/espacio redundan siempre en todo contexto más allá de la situación, porque así es la vida. Casi al terminar este día, como todos los demás del resto de mi existir, quiero vivir siendo feliz, pensar que todo esta bien, y caer de bruces en mi almohada para al siguiente rato haga lo mismo, ya todo lo que esta en medio es simplemente son caminos a recorrer que no sabemos a donde nos llevaran en la mayoría de las ocasiones.
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