lunes, 7 de junio de 2010

Exorcizando el ropero

Luego de mucho tiempo pensando en hacer una limpieza total de los cachivaches que hay en el ropero de mi cuarto lo hice de una vez por todas. El resultado un millón de sorpresas y recuerdos, de fotos ya arruinadas (otras no tanto), cartas, documentos, carnets inservibles, libros, y otras tres listas de cosas como las mencionadas, y otro tanto de etcéteras.

Me detuve en la mayoría de las cosas, porque por lo general se en que momento las adquirí, quien me las dio, o que uso tuvieron. Todo normal, todos tenemos aveces tantas cosas guardadas, pero el asunto no es todo lo material en sí como un objeto útil-inútil-posiblemente útil , no lo es en lo absoluto.

Al ver las cosas una por una me encontré con sentimientos guardados, con promesas, con planes hechos y desechos, con amor y mucho desamor, con fotos de ti, de ti y de ti, y de ti también y una que otra de mi cuando la usanza era imprimirlas y si salia mal salia mal y no sabias hasta que la revelabas y confiabas ciegamente del don y el arte fotográfico.

Absurdo me sentí al ver el tiempo tan encapsulado en mi ropero, como que no hubiera brecha entre ese momento y hoy, y claro que la hay, de eso estoy seguro y que me perdone Einstein y su teoría de la relatividad... mi teoría es que estoy con muchos días encima más que el día que obtuve la mayoría de esas cosas, y que esas cosas por ser un objeto están casi igual, yo no.

Por momentos no me reconocí en aquel entonces, aveces tan ingenuo, sin ser un santo pero siendo un tanto virtuosos mis sentimientos en comparación a hoy, creyendo en valores en los cuales creo pero desde un punto de vista distinto, con otros problemas y con alegrías tan lejanas; algunas terminaron siendo tristezas, y los problemas en experiencia en casi todos los casos.

Me dedique en serio a sacar todo lo no necesario para hacer espacio, para luego acumular tal vez otra tanda de cachivaches, para sacar afuera de mi vida muchas cosas que han cambiado en mi manera de existir. Ya no podía tener tantas cosas guardadas y ser libre, sobre todo de ti según tu nombre, ni de mi porque ya no soy el de aquel entonces.

En muchas cosas siempre seguiré siendo quien soy hasta el día de hoy, pero en muchas otras siento que deje guardado otro yo, y esta bien digamos que es normal, nada en esta tierra es inmutable si se mira detenidamente. Y ahora me encuentro de nuevo con cajones a medias de historias inconclusas, de poemas que debo volver a redactar, de recuerdos que ojala perduren más allá o se le den a alguien más de manera similar y por supuesto con la esperanza que poder volver a hacer esto de acá a unos años y probablemente escribir de nuevo lo que encontraré allí.

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